Vista general exterior del cortijo

Abstract

Conjunto de cierta envergadura y marcada regularidad en su planteamiento situado al noroeste del término de Osuna, sobre una suave loma, en un área en la que se entremezclan los plantíos de olivar y hazas de tierras de labor. En consonancia con los cultivos de las tierras que lo rodean y las notas básicas de su fisonomía, se trata de una edificación en origen de dedicación mixta, en la que, por otra parte, el sector residencial adquiere una destacada importancia. El orden y la simetría presiden tanto el plano como el diseño de los alzados de Santa Teresa. Ocupa un rectángulo sensiblemente alargado y más o menos regular organizado en tres patios sucesivos, paralelos a la fachada, con distinto matiz funcional, núcleo básico al que se suman un jardín delantero y un corral en la trasera. Llama la atención la armónica composición de la fachada, con sendas torres cuadradas de tipo palomar reforzadas por gruesos contrafuertes cilíndricos en las esquinas, sendos tramos de tapia en los que se abren dos portadas con vanos bajo movidos frontones mixtilíneos, y, ocupando la sección central, el bloque de dos alturas del señorío, suntuosa residencia ante la que se tiende un amplio y frondoso jardín con arboleda de porte cercado por muretes, con dos torreones mirador de tres cuerpos, con vanos gemelos de aire mudéjar en el superior, a los lados, y con un copete de sinuosas formas y un porche sosteniendo un amplio cierro con tejadillo de teja vidriada centrando el eje compositivo; a un lado sobre el tejado del señorío sobresale la espadaña que señala la posición de la capilla, con el entrada cobijada por un tejadillo asimismo de teja vidriada bícroma.

La portada a la derecha de la fachada, que actúa como ingreso principal, franquea el paso a un patio de acceso y labor contorneado por dilatadas naves de cocheras, cuadras, almacenes y graneros. Una tapia con portada bajo remate de tejas vidriadas separa este patio de acceso de un segundo patio, de menores dimensiones y carácter más doméstico, dispuesto a espaldas del señorío y delimitado por éste, por viviendas de trabajadores, otras piezas de servicio y parte de la edificación que seguramente correspondiese a la almazara, sin duda de tecnología industrial; la presencia de una chimenea cuadrada de ladrillo en las cercanías es claro testimonio de estas instalaciones.

A continuación se abre, por último, un tercer patio, con su propio acceso desde el frente a través de la segunda de las portadas mencionadas, patio también de labor, con toda probabilidad al servicio de la almazara. En la trasera, en fin, queda un corral de ganado, comunicado también directamente con el exterior. La fecha de 1917 que aparece en la reja de una cuadra puede tomarse como referencia de la construcción del conjunto, quizás sobre una obra anterior. El cortijo, en todo caso, ofrece el aspecto de una edificación de corte regionalista, según la tendencia vigente en dicha época, con una regularidad planimétrica que lo justifica con toda probabilidad como resultado de un proyecto unitario