Vista lateral de la fachada del convento

Abstract

Este convento de agustinos recoletos contrasta claramente con su entorno inmediato, es como un remanso del tiempo detenido en su rápida evolución. El convento surge a partir de la fábrica de tejidos e hilados de lana Santa Cándida, que se convirtió en convento en 1922.

Se caracteriza por sus amplias dimensiones, con muros de ladrillo y esgrafiados sobre enlucido, con ventanas dispuestas rítmicamente y coronadas por arcos carpaneles.En el lado derecho se levanta la iglesia de las primeras décadas del siglo XX, que corresponde al estilo historicista.

Interiormente se caracteriza por la nave única con coro adintelado a los pies, estando cubierta por bóvedas de arista, siendo la de la capilla mayor con nervaduras. Todo el espacio queda protagonizado por las pilastras, entre las que se distribuyen retablos de carácter ecléctico.

La fachada acoge una portada con pilastras y capiteles corintios, sobre la que aparece un relieve representando a San Agustín.